Los periodistas temen perder su reconocimiento y exigen una regulación estatutaria
La libertad de expresión e información, recogida en el artículo 20 de la Costitución española, aseguraba la libre circulación de información y opiniones. Sin embargo, la profesión periodística ha decaído de manera continuada debido a su adaptación a los cambios del siglo XXI. Lo que en su día se consideró un gran avance; hoy, apenas es más que un artículo en una constitución cuya actualización es necesaria.
Asimismo, informar no es sólo un derecho sino un deber. Es un servicio de gran relevancia para el desarrollo de la vida política, social, cultural y económica. Radica en la persona la voluntad de querer estar bien informada, y eso supone un esfuerzo y una constancia que no todos están dispuestos a ofrecer. No obstante, la independencia del periodista cada día se hace más difícil. El periodismo es un negocio muy poderoso y, como en todo negocio, el beneficio es lo primero. Aunque los periodistas sólo sean marionetas de este gran teatro informativo, el empresario es quien manda y ordena y eso no se cambiará con un nuevo estatuto. Como tampoco sirvieron las reglas que aseguraban la independencia del medio con respecto a sus grupos empresariales, o a la publicidad contratada…
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